miércoles, 1 de mayo de 2019

No tiene madre
No tiene padre
Y es feliz.
No tiene dueño
Ni tiempo y es feliz.
Se llama viento
Se llama viento.

miércoles, 6 de marzo de 2019

La Llama y Los Envueltos

La proximidad nos quema. Nos incendia tanta pasión, tanta sulfúrea y destructiva complicidad. La llama y los envueltos, los campos que atravesamos y en el medio de ambos el fuego, la soledad, el trigo encendido. Tus ojos tan vidriosos y concentrados en el camino y las palabras.
Tanta distancia nos hiela, en el trueno gélido de nosotros atravesándonos tan entregados, borrachos de éxtasis, de locura, de efímera devoción.
Me gustaría hablarte y que me escuches, me gustaría decirte ahora las primeras palabras, como la primera vez -Hola, ¿Cómo estás? Tan dulce e inocentemente. Me gustaría, aunque entre nosotros haya millones de palabras que quieren pronunciarse antes; piel, fuego, hielo, hiel.
Si el amor lastima, tal vez estemos escuchando la misma música ésta noche, llorando las mismas lágrimas, con el terco orgullo de no querer ceder. Tal vez estemos espiándonos esta noche sin en verdad querer vernos, extrañándonos como infidentes, odiándonos como amigos, llorando como amantes, gozando como extranjeros en la soberbia del amor no conquistado.
Me gustaría que estuvieras aquí, y me trajeras los miles millones de granos de arena, el mar y la espuma, los sueños compartidos. Me gustaría, pero ahora me queda el presente y tan solo lo hermoso de lo vivido y creado, fuego y hielo mediante. 

domingo, 24 de agosto de 2014

Fui a comer a la esquina. Es algo que ya no se hace. Esto de anotar palabritas es algo que ya no se hace. Es como guardarte fósiles en las bolsillos. Está al borde la extinción. Quise ser paleontólogo. –“de eso no se gana dinero”, me dijo alguien. Yo era un niño, creo que en ese momento experimenté mi primer fracaso -el primero de una larga lista-. Antes de empezar ya me habían advertido. La palabra dinero para mí era algo tan misterioso y hermético que no podía dudar de la seriedad del asunto. Los niños son los creyentes más fervorosos de la magia y el abismo, son ellos los que le entregan su energía y entusiasmo a las propiedades fantásticas de la existencia.
Entonces estoy aquí, escavando en los huesos de la palabra. Sacándome algo que me quedó entre los dientes, devorando. Estoy recuperando mi carrera, estoy empezando. Es una buena excusa para morirse de hambre, una carrera.
Estoy comiendo bien. Mis cachetes están más hinchados. Estoy haciendo todas las cosas que dije…¿entonces?
Recién me doy cuenta, esto se está extinguiendo como las cartas. Pienso en el departamento. Debería ser patrimonio histórico de la humanidad. Es como la casa de Ezra Winston. Estoy de prestado. ¿Qué es, sino, mi cuerpo, ésta gran casa prestada? Todo está saliendo de noche, ¡y es tan maravilloso! Pasará la noche al olvido, pronto, como los grandes fantasmas. ¡Qué gran academia, la vida! Vivir aquí solo, con toda esta información. Necesito noches enteras para investigar aquí. Once, tanta miseria y sublimidad. Tanto amor en el ojo del poeta.
Voy a la esquina a comer – es algo que ya no se hace, menos un joven- y siento la noche. Estoy muriéndomede hambre. Me deleito con los detalles: un hombre lee el diario, fuma. El muchacho que está con él, supongo que su hijo, resulta ser un conversador maravilloso. Boxeo, guerra, religión, cultura. Es una enciclopedia. Habla claro y alto, le importan tres carajos los demás. Es claro, consiso. No se engolosina con las palabras, economiza, llega al punto sin perderse en el vacío que tienta al punto. Una persona comprensible, mirando afuera a la mugre, la demencia.
Adentro: sanos y salvos. La locura de vivir en la ciudad. ¿Cómo puedo vivir en la ciudad si ni siquiera me doy cuenta que estoy vivo? La ciudad está extinguiéndonos, es la reflexión final de mi estudio de campo. Estoy expuesto junto a mis pares en éste museo frío, que es el bar de la esquina. La gente pasa, pero no nos mirá. No valemos tanto para una entrada. Cuanto apuro. Que más daría por cruzarme con más conversadores. Ahora todo está lejos, lejos. Y las cosas se van por la ventana.
Y que si renunciaras a todo? Y bien, si todo desapareciera y te vieras. Dime…qué importancia tendría, qué consuelo o bondad? Si te alejaras sereno y calmo, ya sin deudas, ya sin tiempo. Si te recluyeras y acamparas hacia adentro.
Recupera tu aliento. ¿Que si escucharas y asintieras saboreando el momento sereno, convencido de que todo es perfecto? Si confiaras en la vida y se extinguiera el cielo, aun así serías presa del arrepentimiento.

martes, 12 de agosto de 2014

Alucinado de sol y sal
sodio 
que mantiene
engañada a 
la gente 
Pueblo
querido pueblo
Yo me pregunto
¿Cuándo podrás alejarte
de los transitores
y pisar la tierra 
con revolucionarios
pies desarraigados?

martes, 20 de mayo de 2014

La Ciudad de México está triste

Ciudad de México, te me escapaste para siempre.
La ciudad de México está triste.
Yo también.

Las cosas no son,
desde que no estás
me veo perdido
en un amanecer de Jalisco.

Los magueyes
son la hierba
que se dobla.
De repente se esfumó
aquel tenue sueño azul
sobre dorado
y las cosas ya no son.


domingo, 5 de enero de 2014

Si estás mal, acéptalo. Estás en tu derecho. Levántate. También acepta estar bien. Bien y mal pasan ligeros, como el viento.
Si algo se cae, levántalo. Sé arquitecto del edificio más colosal, y ten presente que también, algún día, verás sus añicos. 
Los lazos no son cadenas. Amigate con tu soledad, que es el premio más grande que te regala la vida. Nunca estás solo.
Si tienes que caminar, camina, hasta que tus pies sangren. Si tienes que quedarte, echa raíces. Pero nunca te olvides de caminar o echar raíces hacia adentro.
Investiga tan dentro tuyo como te sea posible, y verás que lo que te regalan tus ojos es la ilusión más dulce. Observa, y sin interferir, toma parte.
Destruye tu pasado, y así podrás maravillarte observándolo, no viviéndolo.
Vive para tí, sin restricciones, y compártelo con los demás, que la esencia del momento es lo único que existe.
No te desanimés, es lo que ellos quieren. Resiste. Jamás podrán robarte tu ser.
Haz del mundo una gran familia, y entiende que todas las familias tienen conflictos.
Aprende, todos los días. La única manera de aprender es equivocándose. Ten certeza que volverás a equivocarte. Los errores y el olvido son los que nos hacen humanos. Refuerza lo que ya sabés, olvida lo que no es necesario. Perdona, perdonate, agradece.

Por sobre todas las cosas, jamás te olvides de amar. Ama tanto hasta que se destruyan los puntales que sostienen tu ego, y tan solo luego, te convertirás en el amor mismo.

martes, 10 de diciembre de 2013

Volver al mismo lugar. Es una revelación frente a  la hoja. En medio de esta soledad, estoy acompañado. Todo es por algo. Tengo miedo, es verdad. Ser un cobarde y aceptarlo, es el primer paso hacia la destrucción de ese miedo. Descubro que otra vez me vuelvo a equivocar y es bueno saber que se recibe el castigo! Tumbero de un amor, que lindo es cumplir la condena! Tantos amores en el camino… Hay algo certero y caótico. Y no quiero adornarte con palabritas  colores. No quiero empaparme de nuevo bajo una tormenta centroamericana y mendigar de rodillas un techo. Quiero bañarte con meteoros y esconderme en el paraguas de la vía láctea. Quiero acecharte como en la piel de un leopardo y darte caza como un creso enloquecido en un carro de fuego y bronce. Quiero esculpir la mueca cínica de la complicidad en tu vientre, quiero  acostarme en las cáscaras de nueces del tiempo y desafiar a tus costados. Desarmar ésta tormenta sobre el techo de mi cuarto y pintar las paredes con tus talones. Me queda un round y voy a golpearme con fuerza contra tus ojos, voy a perder el título por decisión unánime. Voy a dejar las condecoraciones en mi otro campera y mandarte las heridas de guerra en un maletín negro. Nada que hacer sino hay poder, delirio; No querer nada es poder.  De ti ya no quiero nada, tan solo el poder. Ya explota desde abajo, este amor bajo el cemento. Tengo aquí mi propio infierno, y no te preocupes, yo atravieso todos los semáforos en rojo. Ya dormiste en mi corazón; ahora te doy la bienvenida a mi cabeza.