Aventurarse en la noche. La caravana ha marcado el
paso. El listo espera, observa, ve el
camino y camina. Todas son asociaciones. Mingus suena. Se asocian en mi mente
bailarines, músicos, elefantes, coronas con plumas de quetzales. Piezas
teatrales. Hay una representación de una pelea
de boxeo llevada a cabo por dos eunucos. Pienso en el boxeo , en el arte
del boxeador, en las figuras cuadriláteras, en la sagrada disciplina y
autocultivo del púgil. Una mente sobre el ring que ahora brilla. La música es
enloquecedora. ¡Qué viva toda idea viva!
Cuando todas las cabezas están en las almohadas y yo estoy
despierto y en algún lado está Mingus seguramente habrá boxeo, porque si está
Mingus habrá baile y noche y misterio, balcones llenos de plantas mirando a las
estúpidas luces de los edificios, Al brillo artificial de la ciudad. Habrá
delirio y contemplación y ahí la mente
se vuelve única e universal. La noche en
la ciudad, es la ciudad. Buenos Aires es la noche.