domingo, 28 de abril de 2013


Aventurarse en la noche. La caravana ha marcado el paso.  El listo espera, observa, ve el camino y camina. Todas son asociaciones. Mingus suena. Se asocian en mi mente bailarines, músicos, elefantes, coronas con plumas de quetzales. Piezas teatrales. Hay una representación de una pelea  de boxeo llevada a cabo por dos eunucos. Pienso en el boxeo , en el arte del boxeador, en las figuras cuadriláteras, en la sagrada disciplina y autocultivo del púgil. Una mente sobre el ring que ahora brilla. La música es enloquecedora. ¡Qué viva toda idea viva!
Cuando todas las cabezas están en las almohadas y yo estoy despierto y en algún lado está Mingus seguramente habrá boxeo, porque si está Mingus habrá baile y noche y misterio, balcones llenos de plantas mirando a las estúpidas luces de los edificios, Al brillo artificial de la ciudad. Habrá delirio y contemplación  y ahí la mente se vuelve única e universal.  La noche en la ciudad, es la ciudad. Buenos Aires es la noche.