lunes, 17 de mayo de 2010

Estoy pegado en esta maldita ciudad. La calles son fieras y la gente esta muerta. Puedo verlos a traves los vidrios de sus autos. Envueltos en sudarios, sin gesticular. El teclado esta desconfigurado y no puedo agregar tildes y lo unico que hay en esta ciudad son centros comerciales y cerveza. Todo envuelto en una nube de nafta y a las 8 todos a la tumba. Pero estoy pegado. Como un moco en un asiento de un colectivo, cabeceando en el recorrido nocturno, malabaristas, circunvalacion norte, chinos, ruta del Cercado, cocos, el Sambil, Metropolis, Barquicenter, el milagro americano, la patria bolivariana. Todo apagado, como una sabana de carbon, lobrega. Idiota. Ingles de cotillon, caribeño, polvora de chiches nuevos. Por el cercado unos locos hierven la campanita, andrajosos. Los cerros se aburren como putas en la sala de espera de un consultorio de acupuntura. Al otro lado, los malandros se relamen los dientes y alistan el monte para los monjes verdes de la plaza de la moneda. Otra vuelta mas...y lo unico que sigo viendo son extravagantes centros comerciales de maquetacion sudasiatica...aclimatando el ambiente, corren los bellos alisios acondicionados de ferreteria en su carrera loca a traves de las baldosas relucientes...devorando los bolsillos de sus clientes. Sus estados de animo.