lunes, 27 de abril de 2009

Un día común


Hoy fue un día nefasto. Burdo, sin sobresaltos, sin alegría ni tristeza. Sin corazón. Uno de esos típicos días en que ves la vida pasar por en frente de tus ojos y seguir de largo, sin siquiera esforzarte por tratar de agarrarla. Cueva, modorra y poco más que eso. Un día que no trasciende en nada. Ni arriba ni abajo. Un día que sólo querés que pasé y se vuelva historia en la trituradora del tiempo, para volver a comenzar mañana esa locura que llamamos "rutina"; y el miedo a seguir teniendo días como estos, por el resto de la vida. Por el resto del tiempo. El tiempo que quema.