martes, 6 de octubre de 2009

Para Laura, que me ayudó en esta porfía

Túnel

Negra noche, piel de esclavo
El Túnel me conoce
Él siempre está
Esperando mi sombra
Atravesando su lóbreguez
Como una intrusa
Errante advenediza

Letargo

Cuántas veces me viste pasar, túnel
Empapado de tu divina risa
Caminata de vino bajo la luna
Que nos descubre
Una vez más

Sobre los autos
Sobre los fuegos
En las fauces
De la línea interminable
Que tu boca dibuja
Cuando devorás
Los abismos
A mis pies
Hacia mis acrecentados
Y pesados pasos

Cuántas piernas medrosas
Detuviste
Cuántas almas llameantes
Incitaste
Con cuantas alboradas
Sedientas te
Acostaste
Cuántas navajas rieron
A través de tu vientre
Frondoso

Los edificios no son tan bellos
Como vos
No, Túnel
Ellos te observan
Tiesos como centinelas
De cemento
Con sus miles de
Ojos encendidos

Ven mi esqueleto
Mi cuello adelantándose
A mis hombros
Formidables
Recorriendo tu guarida
Mis dedos rozando
Las comisuras
De tu anchura
Acariciando toda
Tu nocturna columna
De cristal

Ay Túnel
Cuántas veces
Sonó ese tenor
Irrumpiendo en
Mi alma
Mientras tus ecos
Acompañaban mi sendero
Nuevamente
Hacia mis castillos de arena
Esperando la espuma
Desde mi caparazón de seda

Siempre me cuidaste, Túnel
Viste a un hermano de la
Noche deambular inquieto
Viste un hijo del día
Conquistar toda tu forma
Y sonreír
Bajo tus metros y metros

Al final de tu senda misteriosa
Se esconden mil tesoros de la noche
Indescifrables, todos tuyos
Que te susurra el viento,
Dueño de todas las hojas.

Puente y Túnel
Cuando nadie confíe en vos
Brillá como Antáres
Iluminá el pasadizo
Contá el secreto
Y rompé la noche en mil destellos.

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